miércoles, 5 de octubre de 2011

Werther.

26 de Julio.

Más de una mañana me he propuesto no verla tan a menudo. Sí, pero, ¡quien puede cumplirlo! Todos los días me vence la tentación y me propongo solemnemente: "Mañana no irás." Pero cuando llega el mañana encuentro de nuevo una razón inexcusable, y antes de darme cuenta, estoy ya en su casa. O bien es ella quien me dijo la noche anterior: "¿Volveréis sin duda mañana?" ¿Quién se atrevería a faltar? O me pasa un recado y me parece lo más natural ir yo mismo a darle la contestación, o aparece un día hermoso y doy un paseo hasta Wahlheim, y una vez allí, solamente queda media hora hasta su casa. Estoy tan cerca de su órbita que... ¡zas! Ya estoy allá. Mi abuela sabía un cuento de una montaña magnética: los barcos que se acercaban demasiado a ella de repente eran desprovistos de todo su herraje, los clavos volaban a la montaña y los pobres desdichados naufragaban en el hacinado torbellino de tablas.

2 comentarios:

  1. señorita! hace mucho que no ponia uste una entrada. nos volvemos a leer.

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  2. vaya, me suena un tanto familiar aquella historia. Besos, señorita, espero que esté muy bien <3

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